JMiur [E]

Demasiadas controversias para un fin de semana largo. Demasiado blanco y negro. Reconozco que dudé, pensé: quito, elimino, borro. No rehuso la discusión pero se hace difícil definir donde están los límites. Resumiendo, como sólo conozco los mios, dejé todo como estaba y me puse a escribir.

No hace mucho tiempo atrás, internet sólo era una galería. Un enorme salón donde abríamos una puerta, mirábamos, abríamos otra, mirábamos y así seguíamos recorriéndola, mientras lucecitas de colores titilaban por todos lados.

Era maravilloso, fascinante, las puertas eran infinitas y detrás de cada una había mucho para ver.

Sin embargo, los USUARIOS NO USÁBAMOS, eramos VISITANTES, navegábamos sin otra interacción, sin otra participación que hacer click en uno que otro vínculo.

En un momento dado, no hace mucho pero la velocidad de la tecnología nos hace creer que fue hace mil años, internet comenzó a cambiar. Y el cambio fue tan radical y tan rápido que casi no nos dimos cuenta del sopapo, el KO nos tiró al suelo y contaron hasta diez.

De pronto, dejamos de ser espectadores. De pronto, empezamos a apoderarnos de la red. P2P, foros, grupos de noticias ya habían mostrado que la gente buscaba algo más. El resultado fue esto que hoy se conoce como Web 2.0, por llamarla de alguna manera.

En su blog, Javier Perez trata de definirla. Empieza decepcionándome: "los usuarios no tienen claro qué es, los profesionales web tampoco y los empresarios no tienen ni idea". Maravilloso, ahora me quedo más tranquilo.

Dice que Web 2.0 no es algo concreto, sino un conjunto de tecnologías, métodos y estilos. Hay un par de puntos que, a mi juicio, aclaran un poco el panorama:
  • contenido dinámico
  • diseño agradable y simple
  • clientes NO, usuarios SI
  • redes sociales
Yo agregaría gratuidad (qué palabrita).

La interacción de las redes sociales es lo que desarrolla los sitios. LOS USUARIOS USAN y ese uso, si es intensivo, obliga a DESARROLLAR TECNOLOGIAS, lo que crea nuevos servicios, con nuevos usuarios y el circuito se retro-alimenta.

Algo parecido describía Max Weber, un economista y sociólogo alemán de principios del siglo XX cuando hablaba de la no-ostentación de las riquezas (el lujo) sino de la re-inversion constante, del círculo virtuoso que convierte en poco tiempo, un pequeño negocio en una próspera empresa.

No cabe duda, se crea lo que se crea, Google fue parte de ese cambio, lo alentó, lo fomentó ¿por qué lo hizo? ¿por convicción? ¿por casualidad? ¿por interés? No lo sé ni me importa, apenas sé por qué yo hago las cosas, no tengo la pretensión de meterme en cabezas ajenas.

De no haber existido Google ¿el cambio hubiera sido posible? tampoco lo sé; el dicho es cierto: si mi abuela tuviera ruedas, sería una bicicleta. La realidad es que fueron muy pocas las empresas que apostaron a ese cambio, no lo vieron, no lo entendieron, estaban cómodos en sus nichos, creyeron que internet era sólo otro producto pero, se equivocaron y hoy se lamentan.

Pero, algunos dirán: internet SI es un producto. Es posible, pero eso sólo llevaría a una discusión semántica. En todo caso, internet ES MUCHO MÁS que un producto: internet requiere USUARIOS.

Según la Wikipedia, un cliente es "quien accede a un producto o servicio por medio de una transacción financiera (dinero)". No parece nada malo, pero otra definición de la misma Wikipedia me parece más acertada: "en la antigua Roma, un cliente era alguien que dependía de un benefactor, lo cual resultaba necesario para quien no podía en forma legal alcanzar la ciudadanía, un derecho reservado inicialmente a los Patricios".

Esa relación CLIENTE/BENEFACTOR se ajusta exáctamente a nuestra realidad. Por lo general, cuando somos clientes terminamos siendo esclavos y la relación DERECHOS/OBLIGACIONES se vuelve unidireccional. La culpa siempre es nuestra. Pague y después reclame. No hay garantía. Llame mañana. Se cayó el sistema.

El mercado ha dejado de ser un intercambio de bienes y servicios entre compradores y vendedores para transformarse en una simple compra y venta sin esa interrelación que implica el intercambio: "reciprocidad e igualdad de consideraciones y servicios".

La Web 2.0 y las redes sociales en general se basan en esa interrelación, en ese intercambio entre usuarios humanos y desarrolladores humanos. Esa intercomunicación es la que hace la diferencia. Un producto, un servicio, se deberá adaptar, inevitablemente, a quienes lo utilizan y no a la inversa, caso contrario, fracasará.

Parece una definición bucólica pero esa es la esencia de la red. Habrá quien venda, habrá quien compre pero es innegable que hay algo más, algo que hace que un desconocido deje un saludo, comparta sus conocimientos, solicite o brinde información, entregue su tiempo para ayudar a otro sin esperar nada a cambio.

Mal o bien, la gente, poco a poco, ha comenzado a expresarse, a vincularse de una manera diferente, a reconocerse como iguales en las diferencias. A la larga, dejaremos de ser sólo CONSUMIDORES, dejaremos de ser quienes sólo "agotan, destruyen, extinguen o gastan productos" para convertirnos en PERSONAS.

2 comentarios:

Gem@  

Yo pensaba que Web 2.0 era más o menos una actitud y no precisamente una tecnología.

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JMiur  

Me parece algo que deberán estudiar los sociólogos, a mi, me excede. En todo caso diría: es una actitud (por usar tus palabras) que requiere una cierta tecnología para expresarse.

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