La cultura del spaghetti
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Un señor con una media rota es un señor, pero chiquito, un señorcito, un pobrecito, un nadie, pensaba Sebastián mientras se miraba aquel agujero justo en el talón. Un hermoso círculo en la tela negra. No había caso, por más que buscaba, no tenía ningún otro par, todos estaban mojados y no iba a salir a la calle con medias húmedas a menos que quisiera pescarse una pulmonía.
Con mucho esfuerzo, logró acomodarse el zapato para que no se notara. Mientras bajaba en el ascensor, se dio una última mirada. El cabello en orden, una buena afeitada, el traje impecable, los zapatos lustrados, la imagen perfecta de un ejecutivo vital. Un señor con todas las letras. Pero, se lamentaba, un señor con una media rota, y esa media rota lo volvía un poco menos señor, un poco menos todo, casi un nada. Un nada con una media rota.
16 comentarios:
Jeje, pobre hombre.
Sabes? si en vez de un hombre con una media rota hubieras hablado de un hombre con unos calzoncillos agujereados además de haberme divertido con el relato, me habría identificado completamente con el protagonista, jeje... :D
Hasta otra! ;)
Renton
jajaja y yo yambien me hubiera sentido identificado!.
Precisamente el día que sufrí el accidente llevaba puesto el peor calzoncillo que tenía (hoy ya lo deseche), me quedaba chico, estaba ahujereado, con el elástico flojo, un asco y encima era rojo, ya pasando a rosado :P
Durante todo el tiempo que estuve internado fui sujeto de burlas por parte de los enfermeros por culpa de ese calzoncillo.
Pero quien iba a imaginar que me psaba eso!, sino me hubiese cambiado xD!
Jorge, esto está bárbaro. Me imagino que es tuyo, caso contrario hubieses aclarado.
¿Hemos abierto el baúl, al fin? Me parece perfecto.
Ahora quiero leer más, así que... ¡a mover esos deditos!
Un abrazo
Renton, Rasa, me parece que no elegí ESA "prenda" justamente para que NO sea muy autobiográfico :D
Es una suerte que se hayan "identificado" un poco, me siento un poco más "normal".
Steppenwolf: sí, satamente, los dedos se mueven, el problema está del cuello para arriba ;)
Felicitaciones. Está muy bueno y te iba a preguntar si lo habías escrito vos, pero ya ví que le contestaste a Gabriel. Queremos más!
Me ha impresionado la historia. Creo que hay muchas personas como el personaje que hacen de un roto un mundo y un abismo. En una suciedad, perdón, quería decir, sociedad que nos cataloga no por quienes somos sino por quien representamos que somos. Y así se convierte de manera silenciosa en un poder abrumador la mirada del otro que nos juzgará por un calcetín roto, como si a nadie se le hubiese hecho un agujero alguna vez (al mismisimo director del Banco Mundial le vimos el dedo gordo del pie sobresalir de un calcetín, y no lo echaron por eso, sino por beneficiar a su novia).
Bueno, JMiur pasaba sencillamente a saludarte que hacía tiempo que no lo hacía. Tu casa sigue siendo una cátedra en el aire.
Te dejo este comentario aquí por que la literatura me resulta más familiar y el cuento lo vale.
Saludos
Me abrumas, Juan :$
La idea de la historia es exactamente esa de la que hablas, la superficialidad de muchas de nuestras acciones. Ver el árbol y no ver el bosque.
Te agradezco mucho el saludo y el comentario, sobre tos, porque valoro mucho tu trabajo en Canto de Espumas.
Que bueno que Juanbm actualizó este cuento, es magnífico como los otros que has publicado.El ocultamiento es una actitud típica que se expresa de distintas maneras, lo mas ridículo de todo es que finalmente solo se engaña uno a si mismo, porque con el afán de hacerlo invisible, lo terminas visibilizando para los demás.
jajaja JM, me has llevado al recuerdo de 'cosas tan importantes de mi adolescencia' y de las que hoy me río porque no me importa nada!!!, a quién le importa una media, un calzón roto en un accidente!!!. Cuando uno vá al médico se pone su mejor ropa interior, PARA QUÉ, el doctor no mira eso!!!
Las verguenza que pasamos cuando somos chicos!!! como caerme en plena calle principal, tendida en el barro formado por las señoras que baldean las veredas. Los desfiles, con mi 1.45 m y que los chicos vieran lo enana que era (para salir usaba tacos de 15 cm), luego crecí un poquito más...me has trasladado a muchos momentos, además de hacerme reír mucho, besos!!!
Ahhhh es que todos tenemos algo roto SIEMPRE :D
Me alegro que te hayas entretenido con las historias, Graciela.
¡Felicitaciones! Buena historia y buena moraleja =)
Gracias por el comentario, Silvana :)
en pocas palabras: La imagen es todo.
decepcionante verdad ke desprecio frecuentemente en forma de burlas, hasta de mi mismo. Uno siempre kiere gustar aunke sea superficialmente
Me encantó el relato; personalmente me resulta figurativo de tantas cosas, miedos internos, falencias que todos los humanos tenemos y quisiéramos ocultar. Normalmente, en determinadas circunstancias, magnificamos esas falencias que son nimiedades ante grandes ( o graves) acontecimientos de la vida.
Después de todo...¿quién no ha llevado su media rota alguna vez? Pero, hay que estar ahí...hay que estar...
Gracias por el comentario, Marianela :-)
Lo he interpretado como una metáfora de: "La felicidad nunca puede ser alcanzada". Sin duda no, no puede ser alcanzada, y el éxito es algo tan relativo... Creo que en el mundo hay demasiados que lo tienen todo y no son felices por una simple media rota. Sin embargo, los que admiro son los que no tienen nada y agradecen lo poco que tienen. Muy buen relato, de los que me gusta leer. ¡Saludos!
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