Ellos no saben cómo sós vos, Felipe. No saben porque no les interesa, y no les interesa porque creen que no existís. Ellos deberían preguntarme a mi, yo sí sé; pero no lo hacen, son tontos, tontos y presumidos. Yo podría contestarles y explicarles, yo podría hacerles ver cómo son las cosas en realidad pero ya me cansé de esperar, me di por vencido y creo que al final de cuentas, no vale la pena.
Igual me pongo furioso cuando se la agarran con vos. Vos no tenés la culpa de nada ¿A quién puede hacerle daño un osito de juguete? Sin embargo, te odian y al odiarte, me odian a mi, porque, ¿cuál es la diferencia entre vos y yo? Somos amigos, somos más que amigos, somos algo que ninguna palabra puede definir, somos vos y yo, ¿por qué me obligan a tratar de decir algo que no se puede expresar pero que es así?
La cultura del spaghetti
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2 comentarios:
Todas las reflexiones infantiles tienen algo de enseñanza para los mayores.
¿Por qué nos empeñamos en poner edad para determinados juegos?
Es una pena, pero esta historia se repite en el día a día.
Me ha gustado mucho, consigues que uno se introduzca tanto en la narración que da la sensación de estar viviéndola en primera persona.
Es que ¿acaso no la hemos vivido? En mi caso: la sigo viviendo: ¿cuánto de juego hay en un blog? :)
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